Cementerio San Pedro
El cementerio arqueológico, conocido como el Gentilar de Larache, donde en 1960 el sacerdote jesuita Gustavo Le Paige había excavado vasos y otros elementos de oro, debía ser cortado por una zanja de acueducto de un metro de profundidad, construida por acción comunal. Encargados del tramo que removería el sitio, los arqueólogos Ana María Barón y Javier Tamblay hallaron diademas, discos y ornamentos laminares simples y cuentas tubulares y repujadas que casi duplican lo hallado por Le Paige en Larache. Como marcadores de diferenciación social, estos elementos evidencian una complejidad antes no prevista para las sociedades que habitaron esta región entre los años 500 y 1000 d.C., y asocian el norte chileno con el auge de Tiahuanaco.